25 de mayo de 2013

Por el avance de Linkedin y Skype, se reinventan el CV y la entrevista de trabajo

En esta nota especial para iProfesional, la experta en reclutamiento y selección Haruko Archenti describe cómo, gracias a la tecnología y las redes sociales, han cambiado las formas de buscar empleo y, por otro lado, los lugares para hallar a los candidatos adecuados.

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    Última actualización:
    10/05/2013 10:05:20 am
    Ya no cabe dudas: las redes sociales están cambiando, además de los paradigmas de la comunicación, la forma en que las personas buscan empleo y las empresas reclutan a sus empleados. En este proceso de cambio, un elemento "clásico" que se utiliza dentro de la interacción entre el candidato y la compañía a la hora de vincularse, el currículum vitae, tiende, lentamente, a desaparecer. Gracias a la tecnología, el formato del CV y la manera de buscar trabajo también se han visto radicalmente modificados.

    No es una conclusión apresurada, ya que es la tecnología quien genera el cambio: para almacenar los datos hoy contamos con la "nube". En consecuencia, el viejo CV no solamente tiende a desaparecer como elemento físico, impreso en una hoja de papel, sino también como documento de Word almacenado en la PC.

    Para conocer al candidato, a cualquier empresa le alcanza con ingresar a Linkedin
    (red orientada a perfiles laborales) y observar el perfil cargado en Internet.

    En consecuencia, en los últimos años, la búsqueda de empleo se ha agilizado aun más. El CV como tal, en formato papel o Word, va desapareciendo: las redes sociales, principalmente Linkedin, nos permiten contar con toda nuestra información laboral en un solo lugar, enterarnos de las posiciones vacantes que se ajustan exactamente a nuestro perfil, relacionarnos con grupos de referencia, contar con la recomendación de jefes, colegas, proveedores y subordinados, y contactarnos con aquellas personas que están buscando un profesional con nuestras características, experiencia, nivel de expertise y tipo de formación.
    En la actualidad, casi no tenemos que comprar el diario, ni aplicar a una página, ni adjuntar nuestro CV a ningún correo electrónico. Actualmente, nuestro perfil está disponible online y son las empresas o las consultoras, las que deben bucear en el mundo de las redes sociales, principalmente Linkedin para encontrar aquel cv que mejor se ajusta al puesto vacante.

    El CV como lo conocíamos hasta hoy no existe más. Se ha reinventado. No hace falta imprimirlo, adjuntarlo, ni guardarlo. Hoy hay formatos como los que proponen, Linkedin o cvgram, que nos permiten plasmar toda nuestra experiencia profesional en un solo lugar, y no solo con palabras, sino también con gráficos que ejemplifican claramente nuestro recorrido en un área o la cantidad de años de experiencia en una industria especifica haciendo el currículum mas fácil de leer.

    Pero las redes sociales no solamente sirven para reemplazar al CV tradicional: también pueden aplicarse para detectar talentos... y encontrar trabajo.
    Por ejemplo, una importante marca de cerveza hizo un concurso a través de Facebook donde el objetivo final del mismo buscaba captar un recurso creativo a través de una movida no convencional en forma más rápida y eficaz que una búsqueda "tradicional".

    Otro elemento que tiende a modificarse a través de Internet y las redes sociales es la entrevista con el candidato en busca de ocupar un puesto. Además de la utilización del Skype para hacer teleconferencias con el postulante, las empresas también pueden utilizar elementos de Internet como, por ejemplo, mediante un blog y un foro de opinión, establecer un juego o temática que permitiera, a través del desempeño de los participantes, evaluarlos y captar un posible candidato.

    Es decir, una versión modernizada del "Assesstmen Center", donde se evalúan las potencialidades de los candidatos en acción, pero en lugar de tener que reunir a los candidatos en un lugar y horario determinado, la decisión y participación de las personas se efectúa en forma remota, cada uno en su casa, en el momento que quiera.
     
     

    ¿Eres como la ranita sorda?

    Froggie & Juanita Acevedo Segura
    En varios de mis cursos y conferencias una ranita me acompaña. Suele generar mucha expectación entre los asistentes que se preguntan con curiosidad por qué una rana está en la mesa.

    Pues bien, para quienes aún no lo saben esta ranita se llama Froggie y es una ranita “sorda”, así es como la de la fábula de oriente que cuenta que “un grupo de ranas iban atravesando un bosque y dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo.
    El resto de las ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron que este era muy profundo y que las dos ranas por mas que saltaban no alcanzaban la orilla se empezaron a escuchar rumores y de pronto iniciaron los gritos y les decían a las dos ranas que se dieran por muertas.
    Las dos ranas ignoraron los comentarios y siguieron saltando con todas sus fuerzas para salir del hoyo.
    Las demás ranas siguieron gritándoles que se detuvieran, que se dieran por muertas.
    Finalmente, una de las ranas empezó a escuchar los gritos de las otras ranas y se dio por vencida. Se dejo caer al suelo y murió.
    La otra rana continuó saltando tan fuerte como pudo. Nuevamente el grupo de ranas le gritaron que ya no sufriera intentando salir y que mejor se dejara morir.
    La rana saltaba mas y más fuerte, y más fuerte… hasta que finalmente logro salir.
    Ella pensó que sus compañeras estaban animándola todo el tiempo y les agradeció el apoyo… esta rana era sorda y no le era posible escuchar los gritos de las demás”.
    Froggie – La ranita sorda
    Esta ranita es muy valiosa para mí porque representa lo que creo y lo que muchas veces he hecho para ir tras mis sueños a pesar de que muchas personas me han intentado desanimar, a pesar de la crisis, a pesar de la negatividad de unos cuantos y a pesar de las múltiples excusas que todos nos ponemos en algún momento para creer que los demás pueden pero nosotros no. En esos momentos soy como la ranita sorda.
    Y es que en general pero, en particular cuando tienes espíritu emprendedor o quieres dar comienzo a un nuevo proyecto necesitas seguir el ejemplo de Froggie, ella nunca se rinde a pesar de la adversidad, ella cree en sí misma y sabe que los límites los pone ella. También sabe que tiene que partir de unos objetivos claros, diseñar la estrategia precisa y pasar a la ACCIÓN. Pero, sobre todo si alguien intenta desanimarla ella oye pero no escucha o si le cierran una puerta busca saltar por una ventana, esta ranita tiene mucha ACTITUD.
    Y, ¿tú eres como la ranita sorda?

    Bambú japonés - Paciencia y perseverancia

    BAMBÚ JAPONÉS
    Compartido por Concha de la Torre en Linkedin

    Paciencia y Perseverancia

    No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!

    Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
    Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
    Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
    Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces
    que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.

    Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

    De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.
     
    En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que “en tanto no bajemos los brazos” ni abandonemos por no“ver” el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…
     
    Estamos creciendo, madurando.
     
    Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
    Si no consigues lo que anhelas, no desesperes…quizá sólo estés echando raíces…
     
     

    22 de mayo de 2013

    Trabaje menos horas, va a rendir más

    La respuesta lógica ante las demandas del trabajo suele ser siempre la misma: repletar la agenda para cumplir con todo. Grave error. Una nueva línea de investigación asegura que nuestro cerebro está diseñado para alcanzar su nivel óptimo sólo cuando tomamos varias pausas durante el día y vacaciones más seguidas.
    por Jennifer Abate - 16/02/2013 - 03:42
     
    LAS TRES SEMANAS de vacaciones le llegaron justo cuando ya no resistía el cansancio del año. Pudo recuperar energía, es cierto. Pero, ahora que le toca regresar a la rutina, usted sabe que apenas ponga un pie en la oficina volverá a sentirse estresado. Que bastarán un par de semanas para que el recuerdo de la playa se haya esfumado por completo. Y que es muy probable que antes de que termine marzo ya estará ansiando nuevas vacaciones. Porque ante la necesidad apremiante de cumplir con todas las tareas, solemos responder de una sóla forma: llenar y llenar nuestra agenda, convencidos de que mientras más horas le dediquemos, mayores serán nuestros logros.
    Error. Porque lo que la ciencia está demostrando es que, cuando se trata de rendir, menos es más.
    “El cerebro no está hecho para funcionar por mucho tiempo a un ritmo intenso”, dice a Tendencias el doctor John Medina, profesor de Bioingeniería de la Universidad de Washington y director del Centro del Cerebro para la Investigación en Aprendizaje Aplicado de la Universidad Seattle Pacific. Este experto lleva muchos años estudiando el tema y hoy es uno de los principales propulsores de una idea que choca contra todo lo que esperan los jefes en casi todas las oficinas del planeta, sobre todo con aquellos que valoran más a quienes se van tarde la oficina y que interpretan el hecho de almorzar en el escritorio como un signo de compromiso con el trabajo.
    Pausas frecuentes durante la jornada y vacaciones más seguidas son imprescindibles para conseguir los objetivos que perseguimos. De eso, la ciencia ya no tiene dudas y las investigaciones que lo avalan se acumulan. Veamos.
    90 MINUTOS
    Las primeras pistas surgieron hace 60 años. El neurofisiólogo Nathaniel Kleitman descubrió que cuando dormimos el cerebro pasa por ciclos de 90 minutos cada uno, lapso que transcurre entre el sueño más liviano hasta el REM, donde se produce el verdadero descanso. Cada ciclo se une automáticamente con el siguiente y así logramos dormir durante toda una noche.
    Pero Kleitman descubrió algo igual de interesante respecto a la vigilia. Durante el día también completamos ciclos de 90 minutos, pero esta vez de atención focalizada o trabajo congnitivo intenso. El cerebro, naturalmente, es capaz de mantenerse concentrado y atento sólo durante ese período. Al pasar la hora y media, comienza el empobrecimiento de la cognición. Es decir, desde ese momento es natural desconcentrarse, volverse más irritable (ya que se está forzando al cerebro a un trabajo para el que no está plenamente capacitado) y, finalmente, mucho menos productivo.
    En 1993, Anders Ericsson, sicólogo y profesor de la Universidad Estatal de Florida, condujo un conocido estudio que comparó la razón tras los diferentes niveles de desempeño de tres grupos de músicos de la Academia de Berlín: uno compuesto por los “mejores violinistas”, otro por los “buenos violinistas” y un tercero por “violinistas regulares”.
    Con su investigación fue el primero en comprobar lo que la sabiduría popular daba por hecho: que la práctica hace al maestro. Todos pasaban la misma cantidad de horas (50 a la semana) dedicados a su arte, pero los dos grupos de más alto nivel ocupaban la mayor parte de este tiempo a practicar en solitario.
    Es decir, mientras más horas se dediquen a la práctica deliberada de una actividad, más cerca se estará de la maestría en cualquier disciplina.
    Sin embargo la investigación reveló otro aspecto, que en ese momento pasó desapercibido pero que ahora cobra relevancia: las pausas son tan importantes como las horas de práctica. Los expertos, sugiere el estudio de Ericsson, trabajan más intensamente que el resto, pero también son capaces de recuperar más rápidamente la energía invertida. Los violinistas, en este caso, detenían su trabajo cada 90 minutos y, en total, no practicaban más de cuatro horas al día.
    Lo mismo que hacen quienes se dedican de manera experta a deportes como la lucha, el patinaje, el fútbol, el hockey o la natación. Hasta antes de su retiro, Michael Phelps entrenaba, como máximo, cinco horas diarias.
    El mismo Ericsson concluyó que las cuatro horas pueden representar “un límite general de la cantidad máxima de práctica deliberada que puede ser sostenida por un período extenso de tiempo sin llegar al agotamiento” y, por tanto, la disminución de la productividad.
    Tony Schwartz es un conocido coach estadounidense y en una reciente columna en The New York Times cuenta cómo en sus tres primeros libros aplicó el modelo clásico: sentarse 10 horas al día frente al computador. Le tomó un año escribir cada libro. Con los dos últimos, cambió de estrategia y se puso a escribir desde muy temprano en la mañana, cuando su energía estaba en su máximo nivel, y aplicó la técnica de trabajo intensivo por 90 minutos, seguidos de alguna actividad relajante, como dar un paseo o salir a correr. Escribiendo sólo cuatro horas al día, logró publicar dos títulos en menos de seis meses.
    15 MINUTOS
    Lo que los especialistas han analizado es el trabajo completamente concentrado durante 90 minutos. Es decir, ese que contempla absoluta atención y que no se mezcla con chatear con los amigos ni visitar regularmente Facebook. Cuando una persona se sumerge de esta forma acumula tensión que se manifiesta en una respuesta fisiológica normal: el estrés.
    Es cuando el cerebro inunda la amígdala con cortisol, que pone al cuerpo en estado de alerta (que, erróneamente, potenciamos al consumir café). A pesar de que esta respuesta inmediata frente a los requerimientos del exterior resulta enormemente positiva en situaciones de emergencia, tiene un alto costo para el cerebro. El sistema nervioso simpático, que lidera el organismo ante la descarga de cortisol, bloquea el trabajo de la corteza prefrontal, la estructura más sofisticada de nuestro cerebro y responsable de nuestro desempeño cognitivo. Es ésta la que nos permite razonar, planificar y sopesar los pros y contras de cada decisión.
    Evidentemente, la tensión se puede sentir en cualquier circunstancia que involucre más de 90 minutos de atención muy focalizada, pero la que produce la jornada laboral es especial, ya que está relacionada con la evaluación que otros hacen de nuestras habilidades. En un metaanálisis de 208 estudios relacionados con el estrés, los investigadores Margaret Kemeny y Sally Dickerson descubrieron que las mayores alzas de cortisol son provocadas por la amenaza al estatus que una persona ostenta. Los expertos incluso cuantificaron este efecto. Cuando las fuentes de estrés son impersonales, como una alarma de reloj que no deja de sonar, el nivel de cortisol sube y vuelve a sus niveles normales sólo 40 minutos después de que se apaga la fuente de tensión, mientras que la misma disminución demora más de una hora cuando el origen del estrés es el cuestionamiento de las propias destrezas, como ocurre en la oficina.
    Hasta ahora, las investigaciones han comprobado que bastan intervalos de 15 minutos para hacer la diferencia. Lo mismo ocurre con sólo una tarde libre a la semana. Así lo probó un estudio de 2009 que evaluó a trabajadores del Boston Consulting Group y que fue publicado en el Harvard Business Review. Los investigadores les garantizaron no trabajar después de las 6 PM un día y no tener contacto laboral con nadie de la oficina, lo que incluía no responder correos electrónicos ni llamadas telefónicas. A pesar de la resistencia inicial, pronto pudieron darse cuenta de los resultados. Tras sólo seis meses, estos trabajadores se volvieron más proclives a permanecer en la empresa, comparados con aquellos que no habían sido parte de la iniciativa. Más importante que eso, habían conseguido desempeñarse a un mejor nivel y estaban más satisfechos con sus trabajos y con el balance entre su vida y su trabajo.

    Siete formas de rendir y descansar al mismo tiempo
    Dormir siestas
    Es difícil conseguir un trabajo que lo permita, pero 60 minutos de sueño en la mitad del día bastan para que el organismo disminuya las consecuencias del estrés del trabajo. Eso fue lo que probaron los investigadores Ryan Brindle y Sarah Conklin, en Pennsylvania. Los científicos dividieron a 85 individuos en dos grupos. A uno se le permitió dormir durante una hora a mitad de la tarde y al otro, no. Ambos grupos fueron sometidos al estrés propio de la oficina, lo que aumentó la presión sanguínea y el pulso de todos los participantes. Sin embargo, estos factores disminuyeron más y con mayor facilidad en aquellos que habían tenido la posibilidad de dormir.
    No comer en el escritorio
    Según Laborum.com, uno de cada cinco chilenos almuerza en su puesto. Con eso no sólo eliminamos uno de los quiebres más importantes del día y, con ello, una fuente importante de recuperación de energías, sino que también otras conductas que llevan a la disminución del estrés. Primero, no realizamos una caminata que permite quemar calorías y levantar el ánimo. Segundo, cuando no salimos, nos privamos de vitamina D, que se metaboliza en la piel cuando nos exponemos a los rayos del sol y que es esencial para la regulación de la producción de una enzima llamada tirosina hidroxilasa, necesaria para la generación de dopamina y norepinefrina, hormonas que regulan el humor, el manejo del estrés y la energía.
    Mantener el escritorio ordenado
    De acuerdo con la sicóloga Sherrie Bourg Carter, autora del libro Mujeres de alto octanaje: Cómo las que logran más cosas pueden evitar el bloqueo, el desorden puede afectarnos en el trabajo y la casa. De acuerdo con la especialista, el desorden de nuestro escritorio puede aumentar la sensación de ansiedad y descontrol. Según ella, el desorden nos afecta de tres formas principales: distrae nuestra atención hacia el desorden en vez de las cosas que tenemos que hacer; le señala a nuestro cerebro que nuestro trabajo no está terminado y genera sensaciones de culpa y vergüenza, especialmente cuando alguien llega intempestivamente a nuestro lugar de trabajo.
    No postergue
    El viejo refrán que propone no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy no puede ser más acertado. “Un evento estresante que sólo ocurre una vez puede impactar en la energía de las personas en el corto plazo, pero son esas pequeñas y molestosas tareas sin terminar las que nos desgastan a través del tiempo”, dice el médico estadounidense Michael Roizen al sitio médico WebMD.
    Por eso, incluso el recuerdo persistente de esa llamada que tiene que devolver o el mail que tiene que enviar dentro del día aumentan de manera sostenida el cortisol en su organismo.
    Llamar a los amigos o comunicarse con ellos en las redes sociales
    Obviamente, el efecto revitalizador se produce cuando estas actividades se realizan fuera de los 90 minutos de trabajo intenso. Los expertos han comprobado que ambas actividades aumentan la producción de oxitocina, la hormona del apego y el bienestar, y disminuyen la de aquellas relacionadas con el estrés. El neurocientífico Paul Zak lo probó con un individuo en su laboratorio, a quien le extrajo una muestra de sangre. Luego, lo dejó comunicarse con sus seguidores en Twitter por 10 minutos. Pasado ese tiempo, volvió a extraer una muestra. ¿El resultado? Sus niveles de cortisol y ACTH, relacionadas con el estrés, habían bajado 10,8% y 14,9%, respectivamente, y la producción de oxitocina había aumentado 13,2%.
    Usar ropa cómoda
    Si bien no hay estudios concluyentes sobre el impacto que tiene el uso de ropa casual sobre la productividad en el trabajo, una cosa es clara: las personas sí se sienten más relajadas y proclives al trabajo cuando usan estos atuendos. Una encuesta realizada en 1997 a trabajadores de oficina en Estados Unidos estableció que 41% de las personas siente un aumento en su productividad laboral al usar ropa casual y hasta 51% dice sentir que realiza su mejor trabajo cuando viste cómodamente. Lo mismo arrojó una encuesta de 1998 realizada por el periódico USA Today, que señaló que 64% cree trabajabar más eficientemente cuando no está obligado a trabajar de terno y corbata.
    Hacer ejercicio
    Parece un contrasentido, pero es real. Hacer ejercicio no sólo nos cansa, como puede comprobar cualquiera que se suba a la trotadora por 20 minutos, sino que, para compensar, también nos llena de energía. Eso es lo que probó un estudio publicado en la revista Psychoterapy and Psychosomatics, donde investigadores de la Universidad de Georgia descubrieron que las personas pueden incrementar su energía hasta en 65% con sólo hacer ejercicio regular de baja intensidad. Al terminar la actividad, el organismo activa el sistema nervioso simpático, encargado de la alerta y de la sensación energizante.

    13 de mayo de 2013

    que opinan de esto?

    Una empresa mejora el 15% del sueldo a los empleados que se tatúen su logotipo


    En contra de lo que pueda parecer, la medida partió de un empleado y no de la empresa, la agencia inmobiliaria neoyorquina Rapid Realty

    Por
      Última actualización:
      03/05/2013 2:05:24 pm

      La agencia inmobiliaria neoyorquina Rapid Realty comenzó a proponer un incremento de sueldo del 15% a todo trabajador que se tatúe el logotipo de la empresa en cualquier parte de su cuerpo.
      Esta medida, en contra de lo que pueda parecer, partió de un empleado y no de la empresa, que sin embargo ha sido alabada por gran parte de los medios americanos como una gran estrategia de marketing para hacer publicidad, consigna un artículo publicado por elEconomista.es
      El CEO de la compañía, Anthony Lolli, contó a la CBS que la idea nació hace un par de años, cuando uno de sus agentes inmobiliarios estaba buscando un local para un tatuador. Una vez conseguido, el artista le propuso al agente tatuarse el logotipo de la empresa, a lo que éste contesto que "por supuesto".

      Lolli cuenta que el trabajador le llamó y le dijo "ey, Anthony, me estoy tatuando el logo de la empresa", algo que encantó al CEO, que se planteó desde entonces cómo poder recompensarle. Sin embargo, en el año siguiente, varios empleados optaron por seguir el ejemplo de aquel trabajador y también se tatuaron el logotipo de Rapid Realty.

      Ante esto, Lolli ha decidido mejorar un 15% el salario de los empleados que se tatúen el logotipo de la empresa como forma de compensar el compromiso del trabajador, medida a la que ya se han apuntado 40 agentes inmobiliarios, relata elEconomista.es

      Estos tatuajes, que los paga la empresa, pueden estar en cualquier parte del cuerpo y no necesariamente a la vista.
      De hecho, una trabajadora se lo hizo hace unas semanas detrás de la oreja, que se lo tapa el pelo largo, y otro de los trabajadores, Joe Tighe, se lo hizo en el bíceps del brazo izquierdo: "Me pongo un traje y el tatuaje está debajo de la camisa. No es algo que se vaya enseñando por ahí, soy un profesional", confesaba a la cadena de televisión.

      Sin embargo, pese al incremento en la remuneración, no hay colas para tatuarse la doble erre del logotipo de la empresa, ya que la mayoría de los empleados no pretenden dar el paso.
      "Absolutamente no, tendría que ser algo extraordinario, es una cicatriz para toda la vida", asevera David Frankel, empleado de la oficina de Lower East Side. Asimismo, Anthony Lolli ha confesado que aún no se ha tatuado el logotipo, pero que planea hacerlo con el tiempo.

      fuente: http://www.iprofesional.com/notas/159988-Una-empresa-mejora-el-15-del-sueldo-a-los-empleados-que-se-taten-su-logotipo