Los tiempos cambian, y los conocimientos,
habilidades y capacidades, son diferentes. Hoy me gustaría apuntar diez que creo que son relevantes para el
profesional de hoy. En cualquier caso no es un numerus clausus sino apertus. Aquí van:
1. Flexibilidad: o dicho de otro modo,
tolerancia a la ambigüedad y a la incertidumbre. Todo cambia muy rápido y ello
exige una gran capacidad para adaptarse al nuevo contexto. La gente especialmente rígida que sólo sabe
moverse por entornos previamente definidos, lo va a pasar mal. Lo importante no es lo que sabes, sino
lo rápido que aprendes. Más importante que tus conocimientos es tu habilidad
para saber dónde buscar y qué aprender. Capacidad para separar paja y grano. No
se trata de acumular conocimiento por acumular, sino de desarrollar habilidades
de búsqueda y filtrado; una cierta sensibilidad para saber qué merece la
pena.
2. Agilidad: A menudo (aunque no
siempre) se cumple que quien da primero, da dos veces. Pero hoy es aún
más importante. Se necesita gente pragmática y ágil que tenga velocidad de
actuación. La parálisis por el análisis es hoy día más peligrosa que
nunca. Te deja fuera de mercado. Cuando quieres actuar es demasiado tarde. El ex
CEO de General Electric, Jack Welch, lo tenía claro: «Cuando el ritmo de cambio fuera de la empresa
es superior al ritmo de cambio dentro de la empresa, el final está
cerca». La capacidad de tomar
decisiones es una característica de las personas de alto rendimiento. Y la
capacidad de tomar decisiones está asociada a la capacidad de asumir riesgo. El
temor a equivocarse agarrota, reprime, acartona.
3. Optimismo: en Fast Good Management
(@fastgoodmanagem) decíamos: «A los
optimistas se les debería pagar más. Producen una cadena de consecuencias que
aumentan sensiblemente el rendimiento de la organización». Es una frase chocante
y que llama la atención a primera vista pero tremendamente cierta y que
deberíamos poner más en práctica. Sabemos que entre los cinco criterios que
utiliza la NASA para seleccionar a sus astronautas, uno de ellos es el
optimismo. El motivo es sencillo: rara vez las cosas salen como se habían
previsto y es frecuente que aparezcan elementos que hagan que discurran por
derroteros inesperados. Entonces, más que nunca, se necesita gente que tenga su
mirada educada para descubrir soluciones y no para encontrar problemas. Hay que
huir de los quejicas, victimistas y pesimistas.
4. Resistencia Emocional: hoy día
prácticamente cualquier iniciativa que uno ponga en marcha está condenada a
desaparecer con mayor o menor celeridad. Hay que ser fuerte (muy fuerte)
emocionalmente para hacer frente a los momentos de derrota, a los momentos de
sequía, a los momentos de bajón. La vida no es una línea recta (nunca lo ha
sido), pero de ahora en adelante cada vez más se irán alternado con mayor
frecuencia los picos y valles. Habrá más momentos de ruptura, de crisis, tanto
profesionales como personales. Hay que aprender a gestionar oportunamente la
adversidad, el fracaso y la soledad sin tirar la toalla. Ser mentalmente fuerte.
Te recomiendo que leas Desde
la adversidad: liderazgo, cuestión de carácter, de Santiago Álvarez de
Mon.
5. Capacidad
de Trabajar en Equipo: si eres un lobo
de estepa solitario, tus posibilidades de éxito son limitadas. Detrás de
cualquier éxito lo que hay son equipos, la suma de complementariedades
fuertemente cosidas por un proyecto común. En entornos complejos, más todavía.
Tú tienes muchas cosas que aportar, pero sólo no llegarás a ningún lado, porque
también tienes carencias que necesitas compensar. En los posts Equipo, equipo y equipo
y también La carpintería y el trabajo en equipo, puedes leer algunas de las claves del
team building. Y recuerda las palabras de Amancio Ortega
hablando sobre Zara: «Mi éxito es el de todos los que colaboran y han colaborado
conmigo. Un ser humano no puede ser tan inteligente, tan poderoso o tan
prepotente como para hacer él solo una empresa de este calibre. Son muchos los
que se han dejado la vida en la empresa. Son muchos los que han hecho realidad
esta joya desde el principio hasta hoy» (y no dejes de leer el post Así es Amancio Ortega: el hombre que creó Zara).
6.
Multidisciplinariedad: o dicho de otra
manera, empápate y báñate en la diversidad: diversidad de culturas, diversidad
de disciplinas, diversidad de experiencias... Todo ello te aporta inputs muy
suculentos para generar outputs valiosos. La creatividad, esto es, la facilidad
para ver la realidad de manera poco habitual, nace del roce y la combinación de
cosas diferentes. Hay que tener una mirada transversal, global e integral de la
realidad. Hay que ser un animal
curioso. Todo da información, datos, ideas: los libros que lees, los viajes que
haces, las personas que conoces, las películas que ves, los paisajes que
contemplas... Te recomiendo, si no lo has hecho ya, que leas o
releas el libro El Efecto Medici, de
Frans Johansson.
7. Capacidad
comercial: todas las empresas
(Telefónica, Zara, El Corte Inglés...) viven de lo mismo: de vender. Hay que
tener una fuerte orientación comercial. Si no se vende, no se come. Y toda la
organización, de manera más o menos directa, debe intentar vender. Aquí
incluimos también la capacidad para el networking que puede abrir muchas
puertas. Saber relacionarse y la gestión estratégica de los contactos es vital.
No olvides que según la Teoría de los 6 grados de Harvard, entre tú y cualquier
persona del mundo sólo hay seis pasos intermedios. Como dice John C. Maxwell (@johnmaxwellco): «Trabajar duro no es suficiente; tampoco ser
excelentes en lo que hacemos; para ser exitoso tienes que aprender a establecer
relaciones». Te recomiendo que leas El poder de las relaciones. El autor Brian Tracy (@briantracy) también apuntaba: «Venderás más en la medida que seas capaz de
llevarte bien con gente de personalidades diferentes».
8.
Compromiso: en una moneda, una de las
caras es la excelencia, y en la otra está el compromiso. Sin compromiso no hay
excelencia. Tienes que comprometerte con algo, con lo que quieras, pero
comprométete. Hoy día la competencia es más fuerte que nunca, y para seguir vivo
y coleando no basta con cubrir el expediente. Es la filosofía de la mejora
continua. Compromiso es estar dispuesto a darlo todo. Según Peter
Senge «el 90% de la parte del compromiso que creemos
que tienen nuestros profesionales no es compromiso sino conformidad». Y
de acuerdo con las investigaciones
de Meyer, Allen y Smith, deberíamos distinguir tres tipos de compromiso: a)
afectivo: se da en aquellos
trabajadores que están en la empresa porque quieren y desean hacerlo, porque
entienden que es el mejor lugar para trabajar; b) normativo:
se aplica a aquellos que están en
la compañía porque creen que así deben hacerlo; y c)
continuista: se produce en
esos trabajadores que continúan en una organización porque no tienen otra
opción. Desde luego que no vale otra cosa que el compromiso
afectivo.
9. Visión de
futuro: saber anticiparse nos coloca
en una situación ventajosa frente a los competidores y ello tiene mucho que ver
con la capacidad de leer entre líneas, de captar detalles, de ver más allá de lo
explícito, de descifrar tendencias; un cierto olfato para saber por dónde van
los tiros; una fina sensibilidad intuitiva. Siempre ha sido una cualidad
importante que ha distinguido a grandes líderes, pero hoy lo es aún más porque
las ventajas competitivas tienden a reducirse en periodos más breves. Ser capaz
de ir un paso por delante nos pone en una posición de privilegio.
10.
Capacidad de gestionar presión y tensión: todo el mundo presiona: clientes,
proveedores, la velocidad del mercado... Y no es fácil mantener la serenidad de
espíritu en ese contexto. Hay gente que ante la presión se viene abajo. Le
puede. Se bloquea y todo acaba saltando por los aires. La tendencia en la que se
mueve el mundo necesita de gente que sepa mantener el nivel de activación óptimo
sin saturarse. Y ello requiere mucha inteligencia emocional para saber lidiar
con situaciones tensas, mucha mano izquierda, mucha tranquilidad interior. No es
nada sencillo mantener el equilibrio cuando todo tiembla alrededor. Desde luego,
una virtud muy apreciable.
Fuente: http://www.franciscoalcaide.com/2012/06/10-rasgos-del-buen-profesional-de-hoy.html